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SANIDAD

La condición de ciudad de retaguardia, la proximidad del frente de Teruel y el curso desfavorable de la guerra, convirtieron a Valencia en lugar de destino de combatientes -heridos o enfermos- y de civiles evacuados, que llegaban huyendo de las zonas de conflicto. Tal circunstancia hizo imprescindible adecuar la respuesta asistencial al contexto bélico para poder atender las crecientes necesidades de miles de personas. La situación se agravó a partir de noviembre de 1936, cuando el gobierno republicano decidió trasladar la capitalidad de Madrid a Valencia, hecho que la convirtió en objetivo militar de primer orden.

Proliferaron gran cantidad de hospitales e instalaciones médicas por iniciativa de partidos políticos, sindicatos y comités obreros, hecho que redujo su eficacia debido a la  dispersión de materiales y equipamientos, así como del personal de los mismos. El Hospital Provincial, el Manicomio Provincial, el Sanatorio de Portaceli y el Hospital de la Malvarrosa incrementaron su capacidad de hospitalización, con el consiguiente hacinamiento de los pacientes y la disminución de la calidad asistencial. El Hospital-Escuela de la Cruz Roja también hizo frente a dificultades como la acumulación de heridos por arma de fuego o la movilización de su personal médico, entre otras.


La red sanitaria de Valencia se articuló en torno a:

— Una red de postas de urgencia integrada por veintiséis unidades, instaladas en edificios civiles —como la Plaza de Toros o el Monte de Piedad— y religiosos —como el colegio de los Salesianos.

— Cinco casas de socorro, fundamentales en la atención a los heridos tras los bombardeos, porque les dispensaban la primera asistencia sanitaria y disponían de ambulancias municipales para trasladarlos al Hospital Provincial. Eran la Casa de Socorro del Museo, la de Ruzafa, la del Puerto, la de Colón y la de Levante.

— Nueve hospitales de sangre, habilitados en Valencia y sus alrededores, para atender a los numerosos heridos y enfermos de guerra que iban llegando: el Hospital Blanquer, el Hospital Pasionaria, el Hospital de Sangre de Esquerra Republicana, el Hospital de Sangre de la Cruz Roja y los hospitales de sangre de Benimaclet, Benimàmet, Nazaret, Mislata y Burjassot.

— El Hospital Provincial, que fue el encargado de atender las víctimas de los bombardeos fascistas y disponía de un servicio de posta donde se atendían todo tipo de urgencias. Algunos de los heridos recibían una primera asistencia en la casa de socorro más próxima y después eran trasladados en ambulancia al hospital. Los partes médicos de cada ataque incluían el número de pacientes atendidos, sus edades y profesiones, la descripción de las lesiones y su causa, y el pronóstico.

El día 15 de mayo de 1937 a las 20 horas la aviación rebelde dejó caer sus bombas sobre el centro de la ciudad y causó cincuenta y tres muertos y más de un centenar de heridos. El libro de accidentes del Hospital Provincial registró la entrada de sesenta y nueve heridos. Ante tal cantidad de víctimas el médico de guardia solo pudo rellenar los partes médicos con los nombres de los heridos y la causa de sus heridas.

ASISTENCIA SANITARIA A LAS VÍCTIMAS

FICHAS DE INGRESO DE HERIDOS Y EVACUADOS EN LOS HOSPITALES DE SANGRE

TAREAS ASISTENCIALES DE LA CRUZ ROJA

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